
Damos un paso y creemos que hemos avanzado...
Lloramos y creemos que hemos sufrido...
Reimos y creemos que somos felices...
Gritamos y creemos que todos nos escuchan...
Dormimos y creemos que descansamos...
Callamos y creemos estar en silencio...
Vivimos y creemos que respiramos...
Pues bien el día de ayer di un paso y sólo retrocedí...
Lloré y no pude sufrir...
Reí como nunca y no era felíz...
Grite como loco y nadie me escucho...
Dormí y cansado tanto del mismo sueño mejor desperté,
me quedé callado en la orilla de mi cama
sólo para escuchar los reproches que me hacía el silencio,
y por fin cuando pensé que vivía para ganar la batalla que llevo dentro...
me tendí en el suelo y sin decir una sóla palabra... dejé de respirar.