Un sueño....

Que curioso ya no recordaba lo que era soñar y por fin ésta noche sucedió, soñé a la mejor mujer que puedo desear, alguien que me entiende, que me escucha y que me ciega, por fin ésta vez tenía rostro, sabía quien era, lo que le gustaba, le agradaba, enojaba y desesperaba, pero también lo que la hacia feliz, aunque ella no búsque nada en mi, me hace sentir único, lo cual me da un poco de miedo, será que sólo veo un espejismo o es tan sólo la ilusión de algo sin sentido; sin embargo es tan reconfortante que el sólo hecho de que esté a mi lado me completa, no quiero más, sé que no debo conformarme con tan poco, pero como hacerle si en éste caso sé que no hay nada más, pensarán: ¿ Pues qué estas tonto o eres torpe? E infinidad de preguntas, y la respuesta es... No, creo que le tengo cierto respeto, por todo lo que refleja y representa, algo en lo que siempre he creído, es por eso que no podrá unirse al camino que recorro en ésta vida, pertenece a otro lugar, que lástima que haya llegado despúes y que lástima que la nada que existe entre éste sueño y yo, se vaya haciendo más grande. Sin embargo hoy desperté y aún tenía el sabor de su boca, sentía las caricias de sus manos que hace tan sólo cinco minutos le habían robado mi piel, aliento tan cálido que me ofrecía su boca y tan fresco que podría refugiarme en él. Besos que se habían perdido desde hace tiempo y que por fin encontraron su hogar, hermoso cuerpo que derramaba brillo, campos tan verdes que llenaban el paisaje del cuadro perfecto de su pura desnudez, con gusto mi paciencia se volvería eternidad para estar contemplando esa sonrisa; esa sonrisa que creaba música desde sus labios, susurrando a mis oidos secretos de felicidad, alas tan largas y voluptuosas con hermosas plumas, tan blancas como su alma y tan suaves como las nubes que nacen de su espalda firme y marcada, preferiría nunca haberlas visto, preferiría nunca haberlas notado, ya que siempre sabré que esas alas en cualquier momento, estarán dispuestas a volver a casa. Me gustó robarle ese tiempo... ese tiempo en que me permitió estar más cerca de lo que nunca podré, aquel en el que la caricia se volvió tentación y su cuerpo sólo el pretexto de mi imaginación, pero sobre todo agradezco el tiempo que me ha inspirado.... ese tiempo que me ha obsequiado .... para volver a soñar.